octubre de 2020
Desde hace tiempo, el término empresa ancla ha tomado cierta popularidad. Pero, ¿qué son y cómo ser parte de esta tendencia puede mejorar tu competitividad?
Hace un par de años, el grupo de Investigación e Innovación de la Unión Europea concluyó que “las empresas influyentes tradicionalmente grandes o afianzadas, denominadas empresas ancla, ejercen un efecto positivo en las economías locales y se consideran motores fundamentales de la estrategia de crecimiento de la Unión Europea”.Hoy en día, este término ha tomado mucha fuerza por los beneficios que trae consigo, no solo para las empresas que deciden adoptar este concepto, sino también para los modelos económicos en general.
¿Qué es una empresa ancla?
Según Julio Rozo, director de capacitación de la Academia de Innovación para la Sostenibilidad (Aiso), este término hace alusión a “una empresa que tiene una presencia o un posicionamiento en un segmento de mercado y que gracias a la visión estratégica de sus directivos logra generar impacto en cada uno de los procesos y actores de su cadena de valor. Desde los sistemas de compra, transporte, manufactura hasta con quienes tratan con los consumidores”.
En otras palabras, es una empresa que ha entendido que en vez de que ganen solo unos, deben ganar todos. Si cada uno de los actores involucrados dentro de los procesos percibe beneficios económicos y ve que también hay un valor agregado que denota impacto social, ecológico o personal, estos atributos diferenciales marcarán la diferencia.
El proyecto presentado por el grupo de Investigación e Innovación de la Unión Europea destaca que las empresas ancla ayudan a la creación de nuevos mercados, empresas y a la transformación de las que ya existen.
¿Cómo aumenta la competitividad?
Además de aumentar el valor de cada empresa asociada a sus procesos, la financiación, formación e intercambio de conocimiento entre las mismas, hace que la lealtad de las empresas pequeñas o medianas se quede con las empresas ancla debido a los beneficios que esta última ofrece.
En resumen, cuando una empresa decide ayudar a sus proveedores para que crezcan, compartiendo el conocimiento que ha adquirido en su trayectoria, capacitando a las pequeñas y medianas compañías que participan activamente dentro de todos los procesos, optimiza cada engranaje, logra aumentar su productividad.
En 2016, el Ministerio de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (MinTic) asignó $50.000 millones a la empresa privada bajo un modelo de cofinanciación que desarrolló “proyectos liderados por grandes empresas (ancla) que beneficiaban a las empresas que hacen parte de su cadena productiva. Los proyectos incluyeron formación, equipos, conectividad y/o soluciones tecnológicas para manejo de inventarios, liquidación de nómina, comunicación con proveedores y análisis de mercado, entre otros”.
Sumado a esto, las empresas ancla son el pilar del desarrollo de negocios inclusivos. Al ser grandes y con una presencia fuerte dentro del mercado, cuando deciden ayudar a una empresa pequeña o mediana, mejoran su calidad de vida y aumentan la sostenibilidad del negocio.
Al ser un modelo de mutuo beneficio, las empresas pequeñas comienzan a crecer gracias a las capacitaciones, los nuevos mercados a los que pueden acceder y en general, al apalancamiento que la empresa ancla hace.
Hoy en día, en Colombia se encuentran varios ejemplos de empresas ancla como Alquería, Productos Ramo, Alpina o Juan Valdez entre otras.
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