octubre de 2020
La ejecución de prácticas conscientes, acordes con los diferentes objetivos corporativos de una empresa positiva, se traducen en crecimiento, rentabilidad y productividad.
María Reina, experta en talento humano y gerente de María Reina Consultores, explica por qué las compañías positivas son el ejemplo a seguir en estos tiempos de inmediatez, nuevas exigencias de los clientes y dificultades económicas.
¿Por qué es importante una empresa positiva?
Una empresa nace para tener éxito y mantenerse aún en los momentos de ciclos económicos lentos y críticos. Una compañía debe generar valor para todos sus stakeholders: socios, empleados, clientes, proveedores y medioambiente; de otra forma, no es sostenible en el tiempo.
Hoy por hoy se exige un modelo de negocio totalmente resiliente o adaptable a los cambios de la cuarta revolución industrial o digital. La eficiencia y la productividad son resultados de la consciencia y si esta variable no está presente, el balance de una organización es tan negativo que inclusive algunos expertos sugieren que es razón suficiente para repensar su existencia.
¿Cuáles son las cinco características de una empresa positiva?
- Es aquella donde el norte, rumbo o visión es clara para todos los empleados.
- Su líder convoca e influye en que la visión sea trabajada y vivida por todos, sin importar el cargo.
- El capital humano se valora como el activo más preciado.
- Más allá del proceso transaccional de la nómina, existe una política y una cultura para capturar el talento, retenerlo, desarrollarlo y motivarlo.
- Es una organización en la cual la promesa de valor y de la marca se cumple de manera responsable y sostenible.
¿Cuáles son las prácticas negativas que se deben evitar?
- Falta de objetivos claros y a largo plazo (más o menos 5 años).
- Permanecer en el éxito del pasado y en modelos estratégicos viejos. Hoy todas las empresas deben estar transformando la manera de hacer las cosas. Los nuevos modelos de negocio, por ejemplo, exigen una fuerza de capital humano con competencias diferentes.
- La indiferencia con el talento humano. Es inútil pensar solamente en su vinculación y en los aspectos salariales y no en la motivación y parte humana.
- No tener planes de desarrollo individual para sus empleados, ni una política de reconocimiento.
- Falta de buenas prácticas de comunicación internas.
- No tener una orientación de servicio al cliente.
- Carencia de una estrategia de sostenibilidad.
Y si una empresa quiere apostarle al positivismo, ¿cuál es la clave para lograrlo?
La recomendación es siempre revisar la empresa en 360º, es decir: su modelo de negocio, la visión estratégica y, por supuesto, su talento. Asimismo, es importante establecer un plan claro de comunicación interna y externa con el objetivo de evitar el malestar de los colaboradores, y el desplome con los clientes y proveedores. El liderazgo también es fundamental para manejar esas crisis; se requiere de una persona que, además de ser productiva y asertiva, tenga la inteligencia emocional y la empatía necesarias para guiar al equipo.
Categoría: Tendencias Herramientas