diciembre de 2020
La innovación también consiste en asumir riesgos. Sin embargo, crear un modelo de negocio que los disminuya y aumente la probabilidad de éxito es posible al centrarse en los usuarios, sus necesidades reales y las del mercado. Esa es la premisa de la metodología Lean Startup.
Riesgos y fracasos. Dos palabras —incluso, quizá, dos realidades— inherentes a la idea de crear y emprender nuevos negocios. De hecho, pese a que su prometedora imagen suele asociarse con éxito financiero, 75 % de las startups fallan y no retornan el capital de los inversionistas de riesgo, según un estudio de Harvard Business School. La metodología Lean Startup busca reducir ese porcentaje.
“Los negocios nuevos traen consigo riesgo, incertidumbre, retos, desconocimiento y duda. Hasta ahora hemos creado negocios con modelos tradicionales, que implican planes escritos súper extensos, buscar capital y desarrollar un producto perfecto. Después de invertir todo ese tiempo, esfuerzo y dinero, todavía no tienes garantía de éxito. Ahí entra Lean Startup a hacer la diferencia”, explica Jhon Camacho, Country Manager de Crehana en Colombia.
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Si bien no existe una fórmula mágica para triunfar, la metodología Lean Startup —un término acuñado por el empresario estadounidense Eric Ries, en 2011, en su libro The Lean Startup— busca crear un camino que aumente las probabilidades de éxito, disminuya riesgos y haga más sencillo y barato la puesta en marcha de un nuevo negocio o servicio, al poner el foco totalmente en los usuarios y sus necesidades reales.
Por esto, es vital mantener un contacto constante con el mercado para retroalimentarse de él, y así adaptar y reformular la idea de negocio según lo que está sucediendo en tiempo real. Así, la idea es que la construcción de productos y servicios responda a su diálogo con el mercado en lugar de sacar al aire una idea completamente desarrollada, pero que no ha sido testeada antes.
“El método consiste en encontrar lo más rápidamente posible el modelo de negocio que haga rentable tu idea y eso pasa por varias fases, que implican salir al mercado y crear una producto o un servicio que solucione un problema real del cliente potencial”, asegura Alfonso Prim, consultor de Marketing online y Lean Startup.
“Hay que salir al mercado y experimentar desde el inicio, antes incluso de tener algo construido para validar si la idea tiene sentido o no. Esto permite construir negocios basados en lo que el mercado necesita y no en lo que nosotros creemos que necesita”, agrega el consultor con 15 años de experiencia.
El resultado de ese diálogo permanente entre la idea de negocio y las necesidades del mercado es una propuesta de valor clara y contundente, en la que se entiende, en palabras de Camacho, “cuáles son los canales de difusión del producto o servicio, cuál es la relación que se quiere establecer con los clientes, cuál es la estructura de costos y las fuentes de ingresos, y cuáles son las actividades y los recursos clave”.
Además, la brevedad y la síntesis son parte de la esencia de Lean Startup, así como lo es también la cultura del agilismo y algunas nociones propias del design thinking. “Esta metodología convierte un extenso plan de negocios en algo que se puede resumir en una página, lo que facilita aún más sacar hipótesis y experimentar”, agrega Camacho.
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Lean Startup paso a paso
Una parte central de esta metodología es encontrar lo que se conoce como el ‘mínimo producto viable’, que, como su nombre lo indica, es lo mínimo que se podría poner en el mercado para que los clientes potenciales lo adquieran para resolver la problemática identificada.
Más que un producto o servicio perfecto, se busca identificar cuáles son las características y condiciones mínimas con las que debe contar para que sea atractivo comercialmente. En términos generales, las fases para llegar esa noción a través de Lean Startup son:
- Tener clara cuál es la necesidad actual del mercado que se busca satisfacer con la idea del negocio. “Es el punto más importante porque evidencia el propósito que va a hacer la diferencia y el horizonte al cual llegar”, explica el Country Manager de Crehana.
- “Definir y encontrar a tus early adopters, esas primeras personas que te ayudarán a encontrar la unión entre tu propuesta de valor y lo que el cliente quiere realmente”, dice Prim. Esto implica entender quiénes y cómo son los clientes, el segmento del mercado y los nichos que se buscan cubrir.
- La unión de los dos puntos anteriores lleva definir y diseñar el modelo de negocio y a extraer las hipótesis centrales sobre aspectos como canales de entrega de servicio, relacionamiento con los clientes y recursos físicos, humanos y económicos. “Es básicamente unir el propósito con la necesidad de la audiencia, enfatizando en cómo esta idea encaja en su visión del mundo”, asegura Camacho.
- Construir experimentos que permitan validar las hipótesis del modelo de negocio. “Por ejemplo, construir un prototipo o una landing de preventa del producto”, dice Prim.
- Probar el prototipo de servicio o producto en el mercado con los early adopters identificados previamente.
- Medir la respuesta, analizar los datos obtenidos en la experimentación y, con base en ellos, tomar las decisiones pertinentes para replantearse el modelo, adaptarse a lo exigido por el mercado y volver a experimentar.
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“A veces se llega a un callejón sin salida y uno debe plantearse si seguir o no con el proyecto, pero la gran ventaja es que esa decisión se puede tomar en una fase muy inicial y no después de haber gastado una gran cantidad de tiempo, dinero y esfuerzo en la dirección equivocada”, explica Prim.
- Iterar y repetir, analizando qué hipótesis del modelo de negocio son ciertas y cuáles no, según las experimentaciones realizadas hasta aclarar totalmente un modelo de negocio exitoso.
“Cuanto más rápido demos vueltas a este círculo, más iteraciones haremos, más contacto con el mercado y al final, mejores resultados obtendremos. Es una aproximación científica a la forma de lanzar negocios al mercado porque es como actúan los científicos en la realidad: parten de una hipótesis y crean experimentos para validarla o echarla por tierra”, concluye Prim.
Categoría: Tendencias