octubre de 2020
Aunque el estudio de la cultura organizacional es un fenómeno relativamente nuevo a nivel mundial, el concepto se remonta a Elton Mayo y sus colaboradores en los años 20, cuando frente al Management Científico de Taylor, hicieron énfasis en las normas, los sentimientos y los valores de los grupos que componen una organización, y sus repercusiones en el funcionamiento organizacional.
A partir de esa visión nació un término que hoy en día está muy presente en el entorno laboral y es aplicado en diferentes empresas. Se trata de la cultura organizacional, un conjunto de normas, valores y hábitos que caracterizan a un determinado grupo organizacional y/o empresarial.¿Qué son las normas?
Se trata de un sistema que permite que todos los individuos respeten determinadas conductas y procedimientos ante las situaciones que se generen. Estas normas están redactadas y aprobadas en los Manuales de Gestión y Organización, por esta razón, su cumplimiento y respeto es obligatorio para todos.
¿Qué son los valores?
Son los cimientos que construyen actitudes y preferencias de las personas que hacen parte de las organizaciones. Es decir, hacen referencia a la individualidad de las personas que pertenecen a la organización, aquí entran en juego una serie de cualidades como la actitud, la energía, la simpatía, la honradez o la puntualidad.
Por otra parte, los valores también pueden ser negativos. De hecho, muchas empresas cuentan en sus filas con empleados que los poseen, como la informalidad o la indiferencia. A estos se le denominan los antivalores.
¿Qué son los hábitos?
Son una serie de comportamientos que no están escritos ni tienen que estar necesariamente aprobados, simplemente son pequeñas recomendaciones que, en la mayoría de los casos, se toman como normas.
¿Por qué es importante la cultura organizacional para una empresa?
Definir la cultura organizacional de una compañía es importante porque se pueden detectar problemas y encontrar soluciones de una manera rápida y eficaz. Además, gracias a esta se pueden conformar grupos de trabajo con aptitudes similares para ofrecer un rendimiento más productivo. Incluso, definirla permite integrar a los nuevos colaboradores y perseguir los objetivos de la organización. También, en el proceso de selección y contratación, la cultura organizacional es fundamental porque ayuda a encontrar el perfil más adecuado a las necesidades de la compañía.
Existen dos tipos de cultura en las organizaciones: la fuerte y la débil. En una cultura organizacional fuerte, el personal de la empresa se encuentra convencido de los valores y las creencias de la organización, y es compartida por todos sus miembros. Mientras que en una cultura organizacional débil, hay poco convencimiento de los valores organizacionales y el control se ejerce a través de exhaustivos procedimientos burocráticos, es decir, los valores son impuestos.
*Colaboración especial: Sebastián Londoño Montoya, Consultor Senior
Categoría: Tendencias Herramientas