octubre de 2020
El tan temido pico de la pandemia en Colombia, o una segunda ola de coronavirus en los países a los que aparentemente les había dado una tregua, supone nuevos desafíos para las organizaciones. ¿Qué medidas tomar?
Después de 55 días sin contagios, el pasado 11 de junio se registró por primera vez un paciente con COVID-19 en Pekín. Desde entonces, poco más de 200 personas han sido diagnosticadas con coronavirus en la capital china y se aprobó el uso de una nueva vacuna al interior del Ejército, según informó AFP.La situación es similar en otros países que daban por eliminada la pandemia, como Australia, Nueva Zelanda y Singapur. Sin embargo, el escenario más crudo quizás no ha llegado aún.
“La comparación la podemos hacer con la gripe española, que se comportó exactamente como la COVID-19: descendió en verano y retornó ferozmente en septiembre y octubre, causando 50 millones de muertos durante la segunda ola”, aseguró recientemente Ranieri Guerra, subdirector para Iniciativas Estratégicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Colombia, el pico de la pandemia se espera para agosto, pues el confinamiento desde mediados de marzo, nos ha dado una mayor espera.
“El repunte es una amenaza inminente, se ha visto que conforme los países han soltado las restricciones, ha vuelto a surgir la infección y no hay certeza de cuándo va a haber una vacuna. Quizás haya una segunda ola más devastadora, quizás se prolongue la primera; en cualquier caso, los líderes deben estar preparados”, le dijo a Xposible Daniel Ratti, líder regional de desarrollo de liderazgo de Korn Ferry.
De darse un confinamiento más estricto, las compañías regresarían a un terreno conocido meses atrás, pero con colaboradores más exhaustos y menos concentrados que entonces.
Hacerle frente a la fatiga de volver al escenario inicial exige darse cuenta de que una nueva cuarentena no significa olvidar las lecciones de casi un semestre. Por el contrario, profundizar e interiorizar el pasado garantiza que las empresas no retornen al punto de partida.
“Puede haber una tendencia natural de querer regresar a como eran las cosas anteriormente porque nos da seguridad, pero volver al status quo es caer en una trampa. Es importante reconocer cuáles aprendizajes se han tenido hasta ahora adaptativamente para dejarlos como prácticas establecidas y tener una mirada al futuro sobre qué falta implementar para responder a los cambios de la sociedad y los mercados”, explica Ratti.
Así las cosas, resulta pertinente entender el coronavirus no únicamente como un suceso histórico que, entre otras cosas, llevó a trabajar desde casa por un tiempo sino más bien como una disrupción definitiva en el modo en que se desarrolla la vida laboral.
Adaptarse al nuevo entorno empresarial no es un suceso repentino: es un proceso al que hay que entregarse con paciencia diariamente.
9 puntos clave para que los líderes y las compañías puedan prepararse ante el pico de la pandemia
El experto de Korn Ferry, además, reconoce nueve puntos clave para que los líderes y las compañías puedan prepararse para afrontar con éxito la posibilidad de una segunda ola.
- Trabajar en sí mismo: ser proactivo y promover el cambio es una habilidad de liderazgo que comienza con cada individuo. “Se deben reconocer temores, limitaciones y sesgos propios para gestionarlos en uno mismo, antes que en los demás”, asegura.
- Dar a los colaboradores poder de decisión: “El arte de crear las condiciones correctas para que realmente estén comprometidos incluye darles opciones para que puedan recobrar el sentido de control”, dice.
- Tener sensibilidad para escuchar a los colaboradores: es vital tomarse el tiempo para saber cómo están los miembros del equipo y poder responder a sus necesidades. “Si están cortos de paciencia o no están muy comunicativos sobre lo que les pasa, puede ser señal de que están abrumados, desanimados y poco comprometidos”, explica. En ese caso, la empatía, la compresión y buscar mejorar su situación son el camino a seguir.
- Permitirse ser un líder vulnerable: “Tener apertura para expresar dificultades y retos genera un efecto reflejo con los colaboradores y facilita que ellos se expresen”, recalca Ratti, quien asegura que también facilita entender que la comunicación con propósito es más que solo información.
- No caer en el micromanagement: no es necesario duplicar el nivel de control o monitoreo. “El llamado es a darle a la gente confianza y autonomía para que resuelva su trabajo empoderadamente sin la necesidad de la presencia del líder”, manifiesta.
- Buscar continuamente un trabajo ágil: eliminar o simplificar protocolos, burocracias y procesos que no sean necesarios.
- Priorización intensa: enfocarse únicamente en las cosas que pueden marcar la diferencia y que guiarán a la empresa hacia el rumbo deseado. “Ser muy claro sobre lo que se espera específicamente de cada trabajador es el primer factor asociado al clima organizacional”, dice.
- Foco en el futuro: pensar en lo que viene y no quedase atrapado en el abrumamiento del día a día. “Es un momento ideal para tomarse una pausa, hacer preguntas poderosas para reflexionar, estimular la inteligencia colectiva, generar innovación y crear rutas de navegación para distintos escenarios”, complementa.
- “No hay que esperar el ‘nuevo normal’, hay que crearlo”: es vital despedirse de la espera pasiva de que las situaciones difíciles cambien por sí mismas para poder convertir la crisis en oportunidad.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo, ha insistido en que las compañías extremen las medidas sanitarias para prevenir una escalada de contagios: suministro gratuito de tapabocas e implementos de bioseguridad, aumento en la ventilación del lugar de trabajo, limpieza constante de superficies, distanciamiento entre trabajadores, clientes y visitantes, instalaciones adecuadas para el lavado de manos y oficinas de puertas abiertas, por ejemplo.
“La seguridad y la salud de nuestra fuerza de trabajo es primordial actualmente. Ante un brote de una enfermedad infecciosa, la forma en que protejamos a nuestros trabajadores determinará claramente el grado de seguridad de nuestras comunidades y la resiliencia de nuestras empresas”, aseguró Guy Ryder, director general de la entidad.
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