septiembre de 2020
Ser parte de la transformación social en Colombia requiere de un gran compromiso a nivel empresarial y educativo.
Ser parte de la transformación social en Colombia requiere de un gran compromiso a nivel empresarial y educativo. Para lograr estos cambios el modelo del valor compartido en la educación ha sido el canal para que las compañías puedan aprovechar el potencial de sus trabajadores garantizando su formación profesional para ser posteriormente retribuida con la aplicación de sus conocimientos al crecimiento empresarial.
Michael Porter, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard y líder de estrategias empresariales, define el valor compartido como “todas las políticas y las prácticas operacionales que mejoran la competitividad de una empresa a la vez que ayudan a mejorar las condiciones económicas y sociales en las comunidades donde opera”.
Para el experto, existen tres principios para crear valor compartido:
- Al reconcebir los productos y mercados.
- Al redefinir la productividad en la cadena de valor.
- Al permitir el desarrollo de un clúster local.
La implementación de esta estrategia permite generar mayores ingresos en una compañía, mientras aporta al desarrollo de las comunidades, el cierre de brechas sociales, el crecimiento profesional de los trabajadores y la calidad de vida de las familias.
La educación como herramienta para impulsar la economía
El valor compartido desde la educación aporta al fortalecimiento de la economía de la región, incrementa la productividad y los ingresos de las compañías.
Desde una perspectiva global, los países de América Latina y el Caribe han logrado avanzar en materia de acceso a la educación superior. Según el informe del Banco Mundial, Momento decisivo: La educación superior en América Latina y el Caribe, cada región debe maximizar sus esfuerzos para garantizar las herramientas y conocimientos de sus trabajadores como estrategia para fomentar el crecimiento económico.
El Banco Mundial destaca que, además de contar con un modelo educativo eficiente, es fundamental que los países conozcan sus necesidades para ofrecer oportunidades educativas que formen profesionales capacitados en las áreas que se requieren potencializar.
En Colombia, algunos ejemplos claros de valor compartido en la educación aplicado por empresas son: Argos, Grupo Éxito y la Universidad de los Andes.
Ante el déficit en la infraestructura de educación pública en el país, la deserción escolar y los bajos índices de calidad, Argos puso en práctica su estrategia de sostenibilidad definiendo una línea de inversión social para mejorar y construir infraestructura educativa.
Con alianzas público-privadas, entre 2011 y 2013, esta compañía suscribió seis convenios para realizar obras de construcción y adecuación en 20 instituciones educativas del país, fomentando la formación académica de calidad, dinamizando las economías locales y contribuyendo a la integración de las comunidades.
Por su parte, el Grupo Éxito se ha destacado desde hace 14 años por su programa ‘Los mejores de la clase’, por apoyar la educación superior de sus trabajadores con becas para cursar carreras técnicas, tecnológicas, pregrados y posgrados. Esa iniciativa ha impulsado el crecimiento personal y profesional de sus trabajadores.
Entre tanto, la Universidad de los Andes, promueve el acceso a la educación superior con el programa ‘Quiero Estudiar’. Este proyecto respalda a estudiantes de bajos recursos pero con altos niveles académicos de cualquier parte de Colombia con el 95% de la matrícula durante toda la carrera.
A cambio de este beneficio, los estudiantes retribuyen a la universidad y al programa el 20% de sus ingresos durante el doble del tiempo que se vieron beneficiados. De esta forma, otros estudiantes pueden ingresar a la universidad.
De acuerdo con Pablo Navas, Rector de la Universidad de los Andes, el talento está por igual en todas las regiones del país, lo que impide que los estudiantes accedan a estas instituciones es la falta de oportunidades económicas y es allí donde el valor compartido toma fuerza como un modelo para lograr una transformación social desde las instituciones y la educación.
El modelo educativo que propone la Universidad de los Andes mejora las oportunidades de acceso a la educación y a empleos, aportando a la calidad de vida de la población.
Evidentemente, la educación debe ser un pilar fundamental de los gobiernos y de las empresas para impulsar sus economías, porque ser parte del cambio sí es posible, especialmente cuando los esfuerzos están direccionados hacia el crecimiento bilateral de las compañías, donde los trabajadores son el principal recurso para impulsar el desarrollo del capital social.
Categoría: Tendencias Inspiración